Páginas

junio 23, 2013

Untitled...

Aquella vez que la vi llorar, lloraba el cariño que le había tomado en poco más de dos meses. Fue cuando más niña que nunca la vi, el día que lloró por su querido conejito. Y yo también lloré; lloré de verla a ella con sus 56 años, tan indefensa, tan conmovedora en su pijama y hermosa en su pena. Lloré de miedo, al ver a mi gata, esa minina camarada que tantas veces me ha acompañado, que ha lamido mis tristezas, por pensar que yo también pasaría por eso. Pero también recordé cuando lloró como mujer tras la muerte de Carlos, y recordé cuando le temí al amor y comencé a rogar porque no llegara la persona por la qué soñar de esa manera en que sueñan los enamorados. Rogaba con muchas ganas, las mismas con las que guardaba la esperanza de encontrar a quien me amara y por quien yo diera mi vida.

agosto 14, 2012

Sólo dos palabras

Hay veces en que unas cuantas verdades se nos pueden quedar trabadas a mitad de camino, sea por prudencia o porque estimamos demasiado a alguien y no queremos herir. A veces pasa que nos quedamos callados con algo de veras importante pero igual nos lo debemos tragar porque quizá no es el mejor momento para decirlo, o quizá porque tenemos miedo "por X o Y motivo" (como decía mi papá),  posible reacción del otro sujeto en cuestión o lo que sea puede estar pasando, pero entre todas esas cosas que uno puede pero no quiere decir, sea por la razón que sea, hay dos palabras que aún no consigo decir tan fácilmente como las pienso (aunque, pensándolo bien, nunca nada de lo que pienso sale justo como lo pienso).

"Esto que tengo, duele decirlo. Dos palabras como estas pueden llegar a encerrar un sentimiento tan grande"
Nunca me había pasado algo así, que algo como este sentimiento pudiera llegar a mí, que me pudiera tocar y decir "¡wow! No creí poder querer tanto a alguien". A pesar de que era algo nuevo y que parecía darme la fuerza que antes no encontraba en ningún otro lado, para mi pesar, era solamente un sentimiento que correspondía a una relación de una sola persona, era una ilusión. Alguna vez, muy descarada y descuidadamente le pregunté "¿qué puede ser peor que encontrarse con un amor no correspondido?" a lo que me respondió "quizá encontrar uno correspondido que por las situaciones que se vivan no pueda ser libremente". En mi mente sonó una pequeña risa irónica.

En estos momentos ya soy ajeno a ese sentimiento y por esa misma persona: no porque haya decidido deshacerme del primero ni nada así, sino que se extinguió o, más bien, se transformó en otro tipo de cariño, en ese que uno siente desmedidamente por un muy buen amigo que uno no ve hace muchos años y que añora volver a ver. Nunca sabré lo que se le pasaba por la cabeza al susodicho cuando estalló la bomba (bueno, cuando se enteró del rollo), no tengo ni la más remota idea de lo que pudo o no pasar, pero más allá de estar frustrado me siento fresco porque puedo ver su cara sin tener que esconder nada y sin querer oprimir lo que sentía por él. Puedo decirle que lo quiero mucho, muchísimo sin que termine siendo algo incómodo y puedo sonreírle honestamente y, más aún, puedo sentir que finalmente soy franco conmigo mismo

agosto 13, 2012

Regalo de cumpleaños


Un recuerdo, un amor o quizá una ilusión,
un momento en que la vida me regaló felicidad plena,
una palabra de aliento que en mis labios se enreda torpemente ahora que mi corazón no corresponde a mis pensamientos;
te regalo la razón que en este momento me hace falta
para que de ti cuide pues, además de la distancia, la ausencia de cordura no me ayuda.

Una sonrisa traviesa, un suspiro amplio o aún una vaga melancolía
te regalo yo, que atraviesen tu mente y tu pecho al recordar mi nombre y que te dediquen un par de minutos
para que el "yo" que vive dentro de ti no muera;
porque en ti me he quedado al desnudarte mi corazón, mi pensamiento y mi esencia.

No puedo regalarte la seguridad ni la confianza que hoy no tengo
porque ellas te han acompañado a todas partes desde el primer "hola",
pero sí te puedo regalar la seguridad de que fuiste mi primero y hasta ahora mi único.

Tampoco te puedo regalar la seguridad de lo que vaya a suceder cuando nos encontremos en la vida real,
si llegamos a cruzarnos en este mundo enorme, aunque diminuto,
pero al menos te aseguraré que siempre permanecerás en mi corazón como una persona en verdad especial
y tendrás la certeza que un abrazo siempre será bienvenido.



 .~.~.~.~.~.~.~.
 ~   Para: Ti     ~
 .~.~.~.~.~.~.~.

junio 25, 2012

Mientras tanto, en mi mente...


Entonces, luego de casi dos años de enamoramiento sin razón ni justificación, se encontraron. Daniel no tenía nada más que hacer con Esteban, así que se había resignado totalmente. Quedaron de encontrarse en un lugar cercano a su casa para estar cómodos y no preocuparse por el tiempo, después de todo, ambos aún tenían problema con llegaqr tarde a sus respectivas casas.

―Humm, hola― dijo tímidamente Esteban.
―Hola. ¿Cómo sigues?
―Bien. Nada especial, solo la U y el trabajo.
―Sí, me pasa igual― suspira―, salir de la casa a la U, luego al trabajo y de ahí ir a la casa otra vez.
―Sí. Bueno, ¿de qué querías hablar?

Durante un minuto Daniel observa a su acompañante. Sus ojos se pasean por todo el rostro de Esteban, recorren cada curva, cada línea imaginaria y real, hasta que finalmente se rompe el silencio.

―Esteban, dime, ¿qué pensaste de mí la primera vez que me viste?
―Ya te lo he dicho― contestó con desgano―. Pensé que eras alguien independiente y que, bueno, eso era genial, pero nada más.
―¿Y qué piensas ahora de mí?
―¿Qué pretendes hacer?
―Nada, solo quiero saberlo.
―¿En serio es necesario?

Una suave brisa que se lleva las pequeñas semillas de unos dientes de león los interrumpe.

―No, no lo es― responde Daniel contemplando los dientes de león.
―Bien... ―Se decide a contestarle ―Solo creo que eres algo diferente.
―¿En qué sentido?
―No me hagas seguir respondiendo más preguntas.
―¿Porqué? Lo único que quiero es saber tu opinión de mí.
―Porque no sé cómo tomes mi opinión de ti.
―¿Así de mala es?― le responde en tono de burla ligera.
―No... precisamente― dice mientras desvía la mirada lo más que puede.
―¿Entonces?
―No quiero que lo tomes a la ligera o que lo malinterpretes.
―Entonces dilo tal cual creas conveniente.
―Mira, creo que eres una gran persona; cualquiera que pidiese salir contigo sería muy afortunado, pero yo no soy...
―Entonces si te pidiera en este preciso momento que salieras conmigo, ¿porqué me dirías "no"?
―No me hagas esto― le suplicó
―Esteban, ¡es que no me puedes pedir menos! No sabes cuánto tiempo estuvo volando mi imaginación. No sabes cuántas veces nos vi juntos como pareja y no sabes todo con lo que tuve que lidiar para quitarme esos pensamientos. De veras que fue difícil y me tardé mucho en hacerme a la idea de que no saldrías conmigo, pero por más que le doy vueltas al asunto no consigo pensar en una razón para que no saliéramos.

Un silencio sepulcral se apoderó del pequeño parque en el que se encontraban. Aún soplaba el viento, aún así los carros y las personas cercanas se oían en la lejanía. Por la expresión de Esteban, éste no se esperaba una respuesta, o más bien una confesión como una de ese tipo.

―¿Sabes?― preguntó Daniel. Un pequeño sollozo se asomó con su pregunta ―Yo entendería muchas razones por las cuales podrías decirme que no. Yo no soy precisamente un dios del Olimpo con todo y sus sábanas y con lo que me has contado parece que yo no soy precisamente tu tipo. Sé que no conozco muchas cosas que te interesan; a duras penas sí estudié contigo un semestre y por perder el contacto después de eso es que a duras penas recuerdo algo de lo que te gusta. Sé que no soy una persona que emana carisma y que tampoco seré la más valiente así que entendería si me dijeras "es que no sé de qué hablar contigo" o "no me gusta ni un poco que no tomes la iniciativa y que seas cobarde para muchas cosas", pero si hay algo por lo que no podrías decir que no es por no querer dar hasta el último aliento por ti. Eso tú no lo puedes saber porque nunca me permití ir más lejos con todo esto por temor a terminar alejándote de mí...
―Pero ¿cómo me puedes decir eso en este momento, cuando se supone que...?
―¡No lo sé! Sólo salió.
―¿Y qué quieres que termine pasando? ¡¿que tú y yo empecemos a salir?!
―Ya te lo dije, no siento nada por ti. Lo que quiero es seguir como antes que pasara todo esto, aunque sea difícil.
―¿Entonces porqué...?
―Porque eso no significa que no te quiera y mucho. Teban, tú eres una de las pocas personas que siempre me ha alegrado cada vez que la veo. No quiero que eso cambie.
―Ya ha cambiado.
―Para ti, quizá. Para mí, no.
―De veras no entiendo lo que quieres.
―Siempre quise aclararlo todo. Desde la primera vez que te diste cuenta.
―Creí que todo había quedado claro.
―Otra vez para ti, quizá. Para mí, no. Puede que todo hubiera estado claro desde un principio, pero entiende que el corazón tiene razones que la razón desconoce.

Esteban, cada vez más confundido, se levanta sin mirar a Daniel: ―Entonces, que quede claro una vez más. ¡No quiero salir contigo! No es que sea algo en particular, es solo que no quiero.
―No te creo.
―¡¿Pero que te crees ahora con esa respuesta?!― La indignación le brotaba por los poros.
―¿Estás seguro de que ni por una sola vez me miraste con otros ojos que no sean los de un amigo...?
―¡Sí!
―¿... Y que tampoco me deseaste?

Nuevamente se hizo el silencio absoluto.

―Yo... no entiendo... ¿tú cómo...?
―¿Que cómo me atrevo a preguntar algo así? Ya te lo dije: solo quiero saber la verdad.

Por un momento la expresión de Esteban cambió, pero no de la forma en que Daniel esperaba.

―Mira, es mejor que te vayas― dijo tranquilamente el primero.
―Bueno. Te llamo lue...
―¡No! Por favor, no― le interrumpió.

Daniel solo podía mirar el perfil de Esteban, pero no encontraba su mirada.

―Yo... Lo siento, no quise...― Trató de disculparse Daniel.
―No importa. Ya lo hiciste. Ahora por favor vete, quiero estar solo― sentenció.
―¿Cuánto tiempo?
―No sé.
―Bien ―. Se levantó, reprimió con todas sus fuerzas un gran y largo suspiro y cruzo la calle tan naturalmente como le fue posible. Tropezó con la acera, casi pisa un gato dormido por lo que casi termina tirado en el piso, casi lo atropella un camión, pero nada hizo que Esteban lo mirara. Tan pronto como pudo, tomó un bus hacia su casa. Era oficial; estaba destrozado.

<< Genial. No solo lo incomodé, ahora también está demasiado molesto. ¿Y si no me vuelve a hablar?.>> pensó Daniel mientras se sentaba al lado de una ventana. <<¿Habría sido mejor si solamente le hubiese pedido que me rompiera el corazón? No, quizá habría tenido un resultado parecido.>>

diciembre 20, 2011

I, with my feet strongly tied to the floor.

I don't really know what to write in here. Just put the title, put some piano music [it tends to make me feel kind of inspired] and just put some feelings on the road, but nothing else happened. Maybe because of the jealous I've got, maybe because I'm getting tired of being surrounded with so much happiness, surrounded but never touched by. Never enough. Maybe this is how I feel after some time without realizing, or without wanting to realize, the reality, my reality, that one in which I seem not to deserve to be happy. And there it goes again: Why am I talking about happiness?, but the most important thing is why do I keep relating my happiness to others? This weird relationship between those parts is the only thing that makes me unhappy, and still I do it. Why can't I just learn that things are not like that? Is is that hard to interiorize?

Although I keep asking myself, I just go round again and again and... I don't know. It happens as in some of Adele's lyrics, who is one of my fav's, "the more I do, the less I know".

I don't understand, and I don't think I want to. I just want to.. I just want not to be like this, I need to be truly happy by myself, without anyone who could mess things up around me. I.. I want.. I want nothing but think about only me, though I am used to look after people who I care about, though I can't imagine my life without any of them and though I feel my heart belongs to friends and family but not to me. Would it be that bad if I stop thinking of them and I start worrying about what I think of myself and how I perceive my own aura? Would it be that awkward from my thoughts if I start saying "hey, you know what? don't want to be with you anymore, don' want you to be close to me and want you to be out of my life from now on"?

Well, probably I'll take some time to make a decision and to find out what to do, from now, I'll make sure I'll tell everyone around me how important they are to me and I'll make them know my life at this point couldn't be the same if they would't be on it.

Love is a very strong word, powerful and delicate and precious itself, so you can't be telling it as if it was a hello, which is also very special, but not that close to people's heart.

diciembre 14, 2011

Mientras te ibas, esas vacaciones...

[...] Habían hablado esa tarde, después de una reunión con sus amigos cercanos, pero al estar todos bajo la condición de anonimato que implicaba el hecho de la presencia de un sujeto ajeno a su historial no había posibilidades de hacer la debida confesión, además, él estaba con su pareja, así que no hubo más remedio que seguir como si nada ocurriera. Sabía que terminaría mordiéndose la lengua de la rabia por no tener el valor para decir una sola palabra del asunto y, sin embargo, estaba allí con él; ya tenía claro que era importante en su vida, pero aquella situación sobrepasaba pensamientos y fantasías más allá de la realidad. Después, casi al anochecer, ocurrió lo inevitable. Una vez llegada la hora, le tendió la mano a su enamorado para despedirse como todo buen amigo, sin embargo, no se esperaba lo que a continuación sucedió: el segundo estrechó su mano, lo miró a los ojos y lo haló hacia sí, apretándolo en un abrazo que le llegaría hasta el alma. Sintió desde sus latidos junto a su pecho hasta las tres lociones que se había aplicado, e identificó una en particular, una que ya conocía y le hacía temblar hasta los huesos. Si tan solo el tiempo se hubiese podido detener en ese instante, justo en el momento en que se sentía desfallecer completamente por aquel que lo tenía en sus brazos, pero para su mala fortuna tenía que despertar de su sueño. Al llegar a casa, luego de la despedida, lo único que pudo hacer fue permanecer de pie, mirando hacia la ventana y esperar a que llegara la hora del viaje.

Lágrimas rodaban en silencio durante su espera. Entonces, estando cerca a la partida de su amado, lo único que quedó por hacer fue escribir en su diario, como cada vez que algo perturbaba su mente apacible:
―En ese momento, en que sentí tu abrazo más cerca a mi corazón, sentí mi amor quebrarse en mil pedazos al estar frente a tu partida. Fue exactamente como cuando en las películas pasan una serie de eventos que dan a entender sin lugar a duda que una tragedia está aconteciendo en el interior de alguno de los protagonistas. Sin embargo, esto era la realidad, no estaba premeditado. Me sentí vacío, no por no ser capaz de poseer ni generar sentimiento alguno en un frío corazón, sino porque el único y verdadero amor que sentía y había sentido por largo tiempo se fugaba de mí [...]

Hablando un poco de autoestima...

No seas así, solo es un sentimiento... 
Ya has de saberlo, es cierto. Pero nunca te diste cuenta de cuántas veces anhelé decirte lo mucho que te amaba, no te diste cuenta que por guardármelo por tanto tiempo mis labios ardían y mi pecho dolía.

Malo fue  callar todo lo que sentía, mas aún peor fue mostrar esa inseguridad tras el descubrimiento. Estoy casi 100% seguro que la reacción de este personaje habría sido totalmente diferente si yo hubiese mostrado una actitud más segura. ¿Cuántas veces me he imaginado eso? ser una persona totalmente segura, no de lo que siente porque eso ya lo tengo más que claro, sino de lo que puede hacer para que las personas se sientan atraídas hacia ella. Esa es una de las razones por las que muchas veces envidio a algunos amigos (y a todos los animes que he visto): ninguno parece conocer lo que es la desconfianza en sí mismo, cosa que me persigue la mayor parte del tiempo.

No puedo evitar sentirme fastidiado por eso, es algo de mi propia personalidad que no puedo esquivar y que todavía no sé cómo cambiar ni queriendo quitar esa parte de mí. Es tan molesto y tan estúpido que me irrita, me da lástima de mí mismo, me confunde, me estresa, pero más que todo me hace sentir peor que antes. Ya no quiero más estar así, ya no quiero seguir teniendo estas dos caras, ser hipócrita con el mundo pero más conmigo mismo... Es enfermizo, a mis modos de ver el mundo. Pero, por mucho que quiera, no sé cómo ni por dónde empezar, no sé si es algo que puedo hacer solo, no sé si necesito de alguien, no sé si quiero ayuda si es que la necesito, no sé qué es lo que necesito. Y tampoco me basta con sólo querer que cambie esto. Lo único que sé es que no puedo seguir así.

Quisiera tener muchas cosas... No materiales, no creo ser ese tipo de personas obsesionadas con poseer. Me refiero a lo más valioso, al menos para mí: experiencias, risas, tristeza, orgullos, penas. VIDA.
Siento que por esto de no ser sincero conmigo mismo me estoy perdiendo lo más importante de mi existencia en la Tierra; siento que me pierdo mi misma Vida, que se pasa ante mis ojos el tiempo que me han regalado y que no estoy aprovechando realmente esto que tengo a mi cargo.